lunes, 3 de noviembre de 2014

Darle amor al universo

Las relaciones interpersonales son un enigma,
cada persona se relaciona de una manera diferente
y en general espera de los otros lo que sabe brindar uno
como si todos debieramos manejar algún tipo de código
que nos diga como es correcto amar y como no. 

Dentro de todo ese mundo de reglas y requisitos, 
de análisis constante ante el comportamiento social
podemos observar como en realidad somos parte de un ciclo, 
conformamos algo más grande que nos lleva a relacionarnos
de una u otra manera, fuera de lo que entendemos. 

Es ahí donde comienza la magia, donde las imposiciones
no nos permiten idealizar el entorno ni solicitar de los demás, 
sino agradecer su compañía y poder realmente valorar su afecto, 
recién ahí se completa el circulo, quizás muchos vinculos fracasen 
incluso cuando uno da todo de sí, pero la otra persona lo equilibra. 

En su nuevo circulo aplica esa esencia que se llevó de uno, 
y ahi el universo hace que las emociones fluctúen constantemente
causando un ida y vuelta de amor que hace vibrar nuestra energía, 
dejandonos ser seres puros que se entregan ante todo 
perdiendo los miedos de la esencia natural del ser humano. 

Cada persona pasa por nuestras vidas llevandose un pedacito de uno
y dejando una marca con su esencia, que nos deja una enseñanza
que ayuda a conformar eso en lo que nos vamos convirtiendo
por eso debemos dejarnos amar, dejarnos volar, dejarnos fluir, 
porque siempre es recíproco, aunque el sentimiento no sea el mismo. 

El universo lo equilibra, y ese amor siempre vuelve. 

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