domingo, 29 de marzo de 2015

Éxtasis

El fuego quema por dentro
y no hay modo de escapar 
de cada una de las sensaciones
que me rodean, 
se agita la respiración, 
y su calor sobre mi pecho
me hace volver a creer, 
la dosis va a haciendo efecto
poco a poco y puedo ver
como mi cuerpo reacciona
a cada una de las aventuras
que emprendemos juntos, 
cierro los ojos una vez más
y me entrego a la dulce sensacion
de tenerlo entre mis brazos, 
con un suspiro descubro
que la sintonía comprende mucho más
de lo que puedo imaginar,
no hay un mundo alrededor,
solo música de fondo
sumergiendose en cada movimiento,
un silencio se llena de palabras
y aunque ya sea otoño
no siento frío,
sus brazos me cubren
de todo lo que pueda suceder,
cierro los ojos
y me entrego al placer.  

sábado, 28 de marzo de 2015

Nacen los miedos

Suspiro fuerte para intentar apartar las ideas de mi mente, 
necesito que se vayan, no puedo pasar un segundo más 
sabiendo que no puedo con esto, es más fuerte que yo, 
la sensación de nunca ser suficiente me corroe,
destruyendo todo lo que había construido hasta ahora, 
y me da pánico sentirme vulnerable y darme cuenta
cuan entregada estoy a mis sensaciones, 
entonces intento alejarme, pero mi cuerpo me lo impide, 
el calor de su abrazo se siente tan bien, 
me acurruco para fingir que no están ahí espiandome, 
pero ellos me persiguen una y otra vez, 
apoderandose de mis desiciones y sentimientos estables, 
corriendo el riesgo de perder todo lo ganado, 
simplemente por dejarme caer, 
me miro al espejo y me siento totalmente incapaz de hacerlo, 
como va a poder funcionar para mi, 
si en realidad no puedo con ello, 
si realmente no puedo hacerlo, 
quizás no debería siquiera considerar la idea, 
ni sentir, ni entregarme a la magia que me domina, 
quizás no debería correr tantos riesgos,
dejando que me conozca, dejando que sus acciones
tomen lugar y sean parte de mi día a día, 
quizás debería salir corriendo, 
y alejarme, y esconderme
y alli donde mis monstruos se apoderen de mí, 
vivir en un estado de negación 
que me sobreproteja
de cualquier tipo de estimulo arriesgado, 
donde no tenga miedo de perderlo, 
donde no tenga miedo de no ser suficiente.