Sonaba Chiaro de lune de fondo mientras una lunática meditaba sobre su vida. Este año había batallado con los peores monstruos dentro de sí, y con varios por fuera. Había logrado la superación de varios de sus miedos más profundos pero había quedado desnuda ante sus ojos y no sabía si realmente estaba preparada para el caótico encuentro con su esencia.
Más allá de las miles de muertes y resurrecciones que había vivído, siempre sentía como la destrucción la batallaba a la hora de ceder ante las modificaciones y volvía a las composiciones cíclicas, de donde era imposible salir... Intentaba nuevos movimientos para cambiar el curso, para que la resurrección fuera diferente pero siempre caía de nuevo. Lo meditó una vez más.. ¿Cómo era posible que el cerebro pudiera enfermar tanto el cuerpo? Era íncreible como estabamos diseñados para el combate tanto interno como externo, sin embargo sus emociones eran un tanto más débiles que su mente, y eso no podía ser una buena combinación. Otra vez debía incursionar en un camino nuevo para poder salir del círculo que la abatía, para poder vivir plenamente la vida que la hacía feliz. ¿Pero realmente estaba preparada para enfrentarse a la felicidad? Porque seguro era más díficil que el fracaso.
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