es más, no sabía en qué momento
ibas a aparecerte en mi vida,
pero sí sabía que ibas a dejar tu huella,
como solo vos sabes hacerlo.
Te encontré con la cabeza baja
caminando con pasos perdidos
como es mi costumbre
elegir a los que están rotos
y repararlos, como sólo yo se hacerlo.
Te imaginé, sin llegar a idealizarte
dibujando tu sonrisa entre mis versos
y bañandote en poesía,
las palabras ya escaseaban
y me perdí en un silencio.
Te advertí de mis peligros,
que no te acerques, que no me quieras.
que no sé entregarme
que no voy a bajar la guardia ante tu amor,
y te reiste en mi cara, nada te importó.
Tomaste mi rostro entre tus manos
y de repente mi cabeza se apagó...
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