martes, 2 de abril de 2013

Cuando te pido que te vayas es cuando mi orgullo no me permite pedirte que te quedes

A diario nos enfrentamos con lo contradictorio, en palabras ajenas, en hechos que no nos afectan, pero principalmente en nuestros propios pensamientos y emociones. A diario surge esa pequeña indecisión  ese quiero pero no quiero, quizás con fundamentos, quizás no pero de todos modos contradictorio. 
Lo más difícil de manejar las contradicciones es que muy a menudo sucede que ni siquiera podemos entendernos a nosotros mismos y pretendemos que una persona de nuestro entorno nos comprenda y nos ayude cuando no podemos darle una señal clara. Ante el no entendimiento surge una reacción brusca que siempre termina en soledad, y probablemente no era lo que querías. 
En fin, si realmente no quiero tu compañia me voy, pero cuando te pido que te vayas probablemente signifique que quiero que te quedes pero ni mi orgullo ni mi  miedo a tus negativas me permiten decirtelo, entonces la desición pasa a ser tuya, si quieres o no quedarte. Sí, así de complicada soy cuando se habla de detalles. "No es aconsejable ser una loca de mierda"