martes, 13 de enero de 2015

Venus y Marte

La igualdad promueve
que todos tengamos
los mismos derechos,
y que podamos compartir
o intercambiar roles
tanto como queramos,
incluso romper con los
estigmas sociales
que nos impiden ser como queremos,
pero siempre hay roles que cubrir,
y ambas partes deben elegir
entre lo que va a cargar cada uno,
en mi caso soy la parte decidida,
la que se confunde lo menos posible,
la que siente todo pero dice la mitad
dando el lugar de avance a mi compañero,
asumiendo que él entiende lo que sucede
cuando en realidad el muchacho
no tiene la menor idea,
quizás sí somos de planetas diferentes,
indistintamente del sexo,
claro, él no tiene la culpa
de que yo haya tenido citas para no estar conmigo,
no tiene porque saberlo
y ahora sin citas no me quedó otra
que dejarme acorralar por mis pensamientos,
entrando en crisis cotidianas
que aparentemente había dejado atrás,
me miré al espejo casi abrazandome
quizás era el momento
de intentar por milésima vez
hacer las paces conmigo,
lo peor que podía pasar era que
tuviera que volver a llenar eso con otras personas,
todo para no generar dependencia con él,
sabiendo que si pudiera elegir,
sería una persona con un par menos de mambos
y no hablaría con imbéciles
para mimar mi estúpido ego,
simplemente lo elegiría,
entre todos ellos, los altos, los bajos,
los lindos, los flacos,
los inteligentes, los que no tanto
los del pasado y los por venir,
los del boliche y los del laburo,
los de redes sociales y los del bondi,
entre todos ellos,
elegiría una vez más
estar a su lado.

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