sábado, 3 de enero de 2015

Sensaciones

Se recostó en mi pecho, 
tomó mi mano y suspiró, 
levantó la mirada buscándome
mientras mis latidos se aceleraban.

El calor de su abrazo
le daba a la escena la combinación justa
de romanticismo y sensualidad, 
mientras nuestras piernas aún temblaban.
 
Poco a poco recuperábamos el aire, 
y la respiración se normalizaba
mientras yo lo sostenía entre mis brazos, 
en ese momento no me hacía falta nada. 

Lo miré y sonreí silenciosa, no tenía miedo,
esos segundos eran heroicos, valientes,
sonaba música de fondo mientras se mecía la cortina, 
apenas si entraba un poco de luz.

Incluso sin verlo, podía sentir su hermosura, 
el placer de su compañía, 
la ternura de un infante, la sensualidad de un hombre, 
y la pasión de su juventud no hacían más que enloquecerme.

Me devolvió la sonrisa, expresivo, sincero, 
se mostró transparente ante mí
soltó sus miedos, respiró profundo
y me besó con toda intensidad. 

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