viernes, 2 de enero de 2015

The (¿Last?) First kiss

Yo era feliz, iba por la vida libre de emociones,
bueno no sé si tan feliz, quizás tampoco tan libre,
pero al menos no tenía esta sensación constante
de tener mariposas vomitando amor adentro mío.

Y me sentía bien con eso, con esa seguridad,
parada frente a todo lo conocido, conociendo,
saliendo, compartiendo charlas con desconocidos,
casi aprendiendo a relacionarme en citas.

Y estaba a gusto, con un ego bastante mimado,
con los oídos endulzados entre tanta falacia
en el mundo de la juventud moderna,
sintiéndome de a poco bien conmigo.

Y no sentía nada, y eso era estupendo,
porque entendía que no era momento de magia
que había otras prioridades, pero sin dejar de creer,
solo disfrutando el momento, un estúpido carpe diem.

Y me sentaba bastante bien la conformidad inconclusa
de no dar lugar a nada que se saliera de control
de poder utilizar y entrenar mis estrategias
mediante mis emociones adormecidas.

Y creía que eso era experiencia, cuanto más me alejaba de mí
estaba en condiciones de jugar a ser quien yo quisiera,
de limitar mis transparencias para no ser juzgada,
de contar mi versión sin dejar pasar a nadie a mi entorno.

Y de repente, apareciste para cambiarlo todo,
para motivarme a apostar por vos, para hacerme creer,
para llenarme de amor mientras ambos fingimos que no lo es,
hasta que los miedos desaparezcan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario