domingo, 5 de octubre de 2014

Motivarse

Cuando la fuerza de voluntad no es suficiente, hay que acudir a factores externos, como ponernos en compromiso para obligarnos a salir de la cama, el pijama y las pantuflas al vestido, los zapatos y el cambio de actitud. Quizás me excedí dandome el permiso de compartir una cena con Sr. Prohibido, sabiendo que si pudiera elegir lo haría con Sr. Ignorador, pero claro, necesitaba una segunda motivación además de salir de la cama, necesitaba sentirme bien conmigo, verme bien y que alguien corroborara que así era y me hiciera sentir bien. Entonces cedí, entonces me enredé donde no quería y me deje caer en sus brazos, fingí que todo era por motivación pero me di el permiso de disfrutar su compañia. Me dejé sentirme bella e interesantea por unas horas para luego volver a incinerarme con mis pensamientos, era como si me hubiera tomado unas breves vacaciones de la tortura a la que estaba comenzando a acostumbrarme.
Fue útil, sirvió para despejar mi cabeza, disipar mis ideas e ignorar a mi corazón, solo me gustaría poder perpetuar esta sensación de tranquilidad y satisfacción en la que me encuentro, como si realmente no quisiera nada más que lo tengo, que lo hoy estoy viviendo en lugar de anhelar todo lo que no soy, todo lo que no tengo, a todos los que no tienen interés en mi persona. Y sentirme afortunada siendo todo lo que sí soy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario