jueves, 23 de octubre de 2014

El derrumbe

Quietud, silencio, paz, 
todo en su respectivo lugar, 
no volaba ni una mosca, 
con lo que me había costado acomodarlo todo
podía hoy sentarme a ver mi trabajo, 
a ver como todo el esfuerzo 
de superación personal había valido la pena, 
como los nuevos caminos
me llevaban a nuevos lugares
a donde podría querer ir,
a donde podría explorar, 
cada paso escondía una nueva aventura, 
no estaba sola, 
tenía el apoyo de quienes necesitara, 
no se sentía volar una mosca, 
ni una mariposa aleteando, 
ni siquiera uno de esos grillos
que se roban el silencio de la tarde. 
Todo parecía ir de maravillas, 
era un buen día, 
no parecía abarcar grandes emociones
por el bajo perfil que se mantenía
en cada una de estas situaciones, 
estaba bien, mi cabeza en orden
con menos preguntas inconclusas
y más respuestas recicladas.

Sin embargo apareció y lo derrumbó todo.

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