El dolor en la era del facebook es distinto, es melodrama fuera de lo tradicional pero a la vez totalmente típico de la sociedad joven a la que pertenezco. Es increíble como vinculamos nuestras emociones a través de las distintas redes sociales, haciendo que hasta un me gusta nos revolucione el día. Toda esta globalización tiene una contraposición fuerte donde estás muy cerca de quienes viven a miles de kilometros y muy lejos de quien tenés al lado.
Un me gusta te puede hacer brillar los ojos, un enlace.. descubrir algo nuevo, una foto o comentario.. saber de su vida y sonreírte como si hubiera elegido compartirlo con vos.
Y un estado, ver un breve pensamiento fugaz, seguramente es estúpido, lo sé, incluso muy fácil de manipular o de vender una realidad alterna, pero en fin.. llama mucho mi atención como un estado de facebook puede hacerme sentir con el corazón roto, como si me lo hubieran pisado y machucado con poco interés y doloroso desamor.
Había perdido la costumbre ante esa peculiar sensibilidad a este tipo de factores externos, pero de repente una actitud sorprendente me hace darme cuenta que lo que creí superado y solucionado, no es tal. No me molesta tener el corazón roto.. no me molestaría que se enamore de su ex, de una nueva, o de mí, o de la vida misma pero sigo teniendo un problema importante con el hecho de no saber.
Hoy, con tantos días de incógnitas ya debería haber aprendido a manejar la situación pero sigo sin poder controlar mi sentir.
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