Desperté esta mañana y me estiré para abrazarte pero no te vi, fue extraño, siempre me despierto antes que vos. Supuse que quizás era tarde y ya estabas desayunando, te busqué en la cocina, había una taza en la mesa y restos de lo que podrías haber comido, dije tu nombre pero nadie respondió. Quizás es muy tarde y ya te estás bañando, creo escuchar el ruido de la ducha, pero en realidad son solo juegos de mi imaginación porque tampoco estás ahi. Volví a la habitación vi a mi alrededor y no estaban tus cosas; recién ahi recordé que no había sido un sueño, realmente ya no estabas aquí. No siento la soledad sino el vacío que dejaste, el lado frío de la cama, una mesita de luz sin usar, un hueco en el placard, un vacío en la alacena. Faltan tus cds, esos que escuchabamos por horas, falta tu remera esa que usaba para dormir después de hacerte el amor, falta tu gato ese que me provocaba alergia pero que después de un tiempo había aprendido a querer, falta tu risa ante mis chistes sin gracia, falta tu voz en en este profundo silencio.
Así es como siento tu ausencia, así me sucede cada mañana, así es como vivo desde que no estás aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario