miércoles, 14 de noviembre de 2012

Hasta el día de hoy

Un roce accidental fue el culpable de todo. No podría describir exactamente como sucedió, es que fue tan rápido que no pude reaccionar ante lo que veían mis ojos. Una mirada y un diálogo absurdo hicieron que los personajes de esta historia turbia y mal ubicada dieran lugar al nudo interesante. Después de algunos roces de sus bocas y de palabras endulzantes sucedió lo inesperado:
- Me encantaría verte otra vez, conocerte. 
- Qué? por qué?
- Porque tus besos lo ameritan y podemos llevarnos bien, prometo no portarme como un idiota.
Esbocé una sonrisa y acepté. Acepté cayendo en un engaño, creyendo que podríamos conocernos así como así, aclarandole que no podríamos encariñarnos, que yo no estaba para eso.

¿Cuál es el problema? Siempre que lo digo las cosas terminan mal, siempre hay cariño y las situaciones no son como se esperaban, son mejores y por mejores me refiero a que mezclan sentimientos y eso es lo que me asusta. Así y todo, cual actor de thriller bizarro, avancé suponiendo que nada malo podía suceder, que esta vez el jueguito podía funcionar y podría seguir en pie hasta que con ese beso derrumbó mis creencias anteriores. Hasta el día de hoy no he podido olvidarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario