sábado, 27 de septiembre de 2014

Todo eso que detesto

Detesto tu nombre y la sonrisa socarrona
que te caracteriza.
Detesto tu actitud emprendora y el brillo de tus ojos,
del que te aprovechas.
Detesto tus caricias y el perfume de tu piel
que me hace adicta a tu veneno.
Detesto mi paciencia eterna y esperarte cada noche
como si no supiera que no estás.
Detesto mis ansias por verte y los recuerdos
que me aceleran el alma.
Detesto hayas llamado mi atención
como nadie lo había logrado.
Detesto que el sabor de tus labios no aparezca en otras bocas
y no poder encontrarlo.
Detesto que estés tan enfermo del pasado como yo
y entender tus silencios.
Detesto mis ganas locas de correr a tus brazos en medio de la noche
y simplemente mirarnos a oscuras.
Detesto saber que cada momento fue real y no arrepentirme
de los días en tu compañía.
Detesto extrañar tus palabras y el tono de tu voz
aún sabiendo que no me corresponde.
Detesto presentir desde acá como se siente tu vida allá
y no poder hacer nada.
Detesto mi percepción, desearía no darme cuenta de nada
y entonces no cuestionarlo.
Detesto tu ausencia y la distancia, sabiendo que en otra linea temporal
estamos entrelazados compartiendo el mismo airte.

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