lunes, 22 de septiembre de 2014

Amor propio

Se le hace tarde a la princesa, 
los años pasan, el cabello crece
la corona cada vez es más pesada
y sus ansias por conocer el mundo 
se siguen acrecentando cada día, 
le enseñaron que vendría un apuesto principe
a rescatarla y a salvarla del encierro
del poco amor propio que podía tener
encerrada en su torre, 
allí donde sus padres la habían dejado 
para protegerla de la guerra que habían desatado. 
Pasaban los meses y nadie venía por ella, 
había intentado llamar la atención, 
se cambiaba los vestidos, 
sonreía, lloraba, se enojaba
se desesperaba y volvía a su estado original, 
respiraba profundamente varias veces
y recordaba confiar en que ese sueño era real 
sino acaso porque se lo contarían 
¿Por qué la harían creer en una magia que no existe?
Nadie venía por ella, las noches caían cada vez mas oscuras, 
sus cabellos eran cada vez más largos
e incluso unas arrugas asomaban en su rostro
ya no sabía como matar el tiempo allí, 
como matar la vida misma perdiendo el tiempo, 
estaba cansada de esperar por alguien más 
de quién seguro no dependía toda esa magia que anhelaba, 
rompió sus cadenas, destrozó al dragón 
y pudo escapar por sus propios medios, 
se sintió poderosa de pies a cabeza, mágica, 
cuando llegó al castillo principal para encontrar a sus padres
enojada por la espera en vano que había sufrido, 
estos le dijeron que era necesario esperar por
esa dosis de amor que cambiara su vida para siempre
porque de tanto esperar y buscar 
iba a encontrarse con ella misma y nacería su amor propio, 
y ese instante estaría lleno de magia. 

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