Mire al cielo y supliqué,
ya los días eran eternos
mi cuerpo cansado
mis manos dormidas,
ya nada huele ni sabe como antes.
Mire al cielo y supliqué
a todos los dioses,
a cada fantasma
que me acerque a tu vida nuevamente
y que juntos encontremos la calma.
Mire al cielo y supliqué,
porque los minutos nunca fueron tan largos,
porque aunque la vida siga,
no puedo dejar de detenerme a pensarte
y te extraño.
Mire al cielo y supliqué,
porque el dolor ya no me entra en el pecho,
porque alcancé el nivel de madurez que necesitaba
y reflexioné y aprendí
y no estás.
Mire al cielo y supliqué.
que al final de este tiempo de espera,
me encuentren tus labios hambrientos,
y el calor tibio de tus brazos me envuelva
elevandonos juntos en vuelo.
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