sábado, 12 de diciembre de 2015

Eran verdes

Levantaba la vista y ahí estaban
merodeando entre mis pupilas,
observandome con paciencia
de esa que le enseña al amor
que hay que esperar,
se detenía en mí
y me hacía sentir
la persona más afortunada del mundo,
yo levantaba la vista y eran verdes,
eran verdes de un verde nunca visto,
un verde de amor, de esperanza,
un verde de inexperiencia y de miedo,
un verde de niño y hombre,
eran del verde que quería observar cada mañana,
eran del verde que me preocupaba
cuando se sentía mal
y de ese verde que te atraviesa hasta los huesos
con sólo un segundo de mirada,
eran de ese verde que daba paz,
eran un verde perfecto,
y hoy no me miran más.

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