domingo, 14 de diciembre de 2014

Te quiero

Se quedó en silencio, mudo,
adormecido por el escalofrio
que recorria su cuerpo, 
lo miré preocupada e intente acercarme, 
se alejó y se abrazó a mi almohada, 
con verguenza, 
lo miré y le expliqué cuánto me gustaba
y cuanto disfrutaba estar en sus brazos, 
necesitaba que me dijera que estaba pensando
que lo ponía así, 
se preocupó, avergonzado y me corrió la mirada, 
él nunca me corría la mirada, 
la escena era adornada por oscuridad de mi cuarto, 
apenas podíamos vernos en sombra, 
como siluetas perdidas en el espacio..
me miró y lo dijo.. - Te quiero
las palabras salieron de su boca casi temblorosas, 
el miedo reprimia su sentir, tanto como el mío, 
lo miré esceptica para no perder costumbre 
y respondi con un frío  - No podes quererme. 

Una semana después

Me quedé en silencio, muda, 
él estaba buscando enredarme en sus palabras
como lo había hecho con su cuerpo
estabamos recostados en su cama, 
decorada por los destellos de luz
que ingresaban por la ventana, 
lo miré decidida (si no lo decía hoy, no lo decía nunca)
- Me estás buscando? Querés sacar el tema?
- No, la verdad que no (entre risas)
- Cuando lo dijiste la semana pasada, era un flash
que sonaba lindo o lo sentiste de verdad?
- Hoy estuve a punto de decirtelo de nuevo
- Eso no responde mi pregunta, sonaba lindo o lo sentiste?
Respiró profundo y se adentró en mi mirada, 
el silencio se apoderó de la habitación, del pasillo, 
del edificio, del mundo..
- Lo sentí, lo siento
Y entonces, todo ese conjunto de mariposas enredadas
que venían conviviendo en mi estómago
tuvo la necesidad de salir, no me escapé de ellas, 
no me escapé de él ni de mis sentimientos, 
respiré profundo y mientras mis piernas temblaban, lo dije
- Yo también te quiero. 

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