jueves, 9 de agosto de 2012

No me pidas que te explique, no pretendo que lo entiendas

Que dificil es mirar al espejo y sentirme sastifecha con lo que veo, no me entra en la cabeza como antes respiraba tranquila y ahora cada pantalón que me pruebo, cada galletita que como y cada linda ropa que veo me hace victima una y otra vez de mis inseguridades. Todo empezó cuando inconcientemente comenzé a relacionar mis problemas en la vida con la comida: comer si estaba triste, ansiosa o preocupada, comer porque sentia un vacio que seguramente un chocolate podria llenar, tener un antojo como si estuviera embarazada de 9 meses, comer para no tener sintomas pre-menstruales. Ya desde pequeños nos incitan a relacionar la comida con las emociones (ya que de por sí, los alimentos envían una sensación de saciedad al cerebro y "llenan" además un espacio emocional) cuando nos dan un caramelo para que dejemos de llorar, o cuando nos dicen que ir por un helado nos va a hacer sentir mejor. Todo se ve tan inocente, la mayoria de las personas luego de haber pasado por eso, o incluso de llenar algunas carencias con dulces, continua su vida de la manera más normal posible; en cambio otras como en mi caso se miran al espejo intentando convencerse de que se ven bien, de que esa galletita no se nota, que los caramelos no fueron a las caderas y que por limitarme unos días mi cuerpo se asemeja al de una modelo. 
Cuando comencé a bajar de peso todo era normal, simplemente me limité a no caer en excesos ni atracones de comida como habia tenido en alguna oportunidad y aunque no llegué a caer en la anorexia ni en la bulimia admito tener problemas alimenticios, admito tener una obseción con mi peso que me lastima emocionalmente, haciendome odiar el espejo y ciertas areas de mi cuerpo que solo se ven bien si tengo un peso exacto que según médicos, amigos y familiares es mi peso "límite", es decir el borde de la anorexia. 
Muchas veces tuve discusiones con mis padres, pares, amigos y pareja por el tema del peso, por un tema que varios toman como personal sin ver todo el trasfondo que causa en mi interior, y más allá de las negaciones, con el tiempo entendí que realmente tenía un problema, no es normal llorar porque te sentís con "pancita", no es normal reprimir tus deseos o darse atracones de comida y luego limitarse a dietas por varios dias tomando mucha agua y haciendo ejercicio en exceso para luego darse otro atracón. 
Me siento incomprendida totalmente hasta que veo documentales sobre trastornos alimenticios o leo sobre personas que piensan y sienten como yo pero con drogas, vómitos y abstitencia de comida incluidos. A veces me da miedo, trato de buscar la clave, de autoanalizarme para saber donde empiezo a focalizar en mi peso, en la balanza, en esos jeans que me entraban cuando tenia 13 años y lógicamente no van a quedarme a mis 18, no solo no la encuentro sino que me pierdo entre tantas cosas que analizar.
Es muy díficil salir de un laberinto cuando ni siquiera puedes abrir tus propios ojos...

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