Ok, no conseguí lo que quería pero ¿qué culpa tiene el de que yo haya viajado en vano, me haya agarrado el tráfico o simplemente no estoy de humor? ¿qué culpa tiene él que, quizás y solo quizás, quiso romper un poco con la rutina?¿que culpa tiene él si yo estaba susceptible y me sentí no querida?
Sigo reflexionando vacía, con música de fondo y más preguntas que respuestas, con más miedos que certezas y más lagrimas que sonrisas. Sigo acá sola, por no dejar de lado mis caprichos, por no ceder ante el cambio, por limitarme a mi enojo sabiendo que él no va a venir a buscarme en un caballo blanco, pero sigo revolviendo en mi cabeza también sabiendo que quizás ni siquiera me quería ahí, que quizás no me quiere, no me extraña y me olvida.
Ya recuerdo porque temía al amor, ahora todo se ve con claridad.
Odio sentirme vulnerable, odio sentir fragilidad.
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