martes, 4 de septiembre de 2012

Quiero tocar tu cielo, reinar en tu reino y enloquecer con vos.

Todo estaba oscuro solo se oían voces y sus profundos ecos, alguna que otra silueta paseaba por mi mente mientras el miedo me iba poniendo, segundo a segundo, la piel de gallina. Desperté con lágrimas en los ojos y una sensación oscura en todo el cuerpo, hasta que sentí el rozor de tu brazo en mi cintura, tus manos en mi rostro y tu voz intentando despertarme pacíficamente. 
La satisfacción que tuve en ese momento no se compara con otras sensaciones, fue mágico despertar en tus brazos. Tu voz apaciguaba mis malos pensamientos y tu mirada me hacía sentir valiosa, deseada, ideal. 

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