jueves, 12 de febrero de 2015

Tonta

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Me sentí una tonta
por quedarme en silencio,
al otro lado de la ciudad,
sin saber que era de él,
sin conversar,
me sentí una tonta,
llena de silencios,
de pausas,
de miedos,
llena de un no se qué
que todo lo complica,
me sentí una tonta
por elegirlo,
¿cómo él iba a elegirme?
si acaso yo no era un cuarto
de lo que él quería a su lado,
como ibamos a poder vernos más seguido
si claramente no iba a pasar a mayores,
me sentí una tonta cuando
asumí que quería una relación,
clara y concisa,
cuando decreté que no quería otras personas,
cuando lo dejé entrar en mi corazón,
y en mi vida
de un modo nada superficial,
me sentí una tonta
por no salir corriendo cuando pude,
por no escaparme de sus besos
antes de caer rendida por su amor,
me sentí una tonta,
porque mi cama está fría
y no la compartimos juntos,
me sentí una tonta
por pensar que la situación no va a cambiar
que mis miedos van a hacerse realidad
al igual que mi pesadilla,
que mi corazón va a estar hecho pedazos,
por falta de atención
y por dejarme confiar y creer en él,
me sentí una tonta
porque es mitad de semana,
y siempre los miércoles me siento así.

Me sentí una tonta una vez más,
porque ya es jueves y comienzo a recordarlo todo,
y se me pasa.

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